miércoles, 31 de octubre de 2012

Alas de ángel.

Vuelvo a tener esa sensación. Esa sensación de que nada malo puede pasarme, de que alguien me cuida. Y yo se quienes la provocan. Son mis ángeles de la guarda. Algo fuera de toda razón pero que creo que es uno de los sentimientos más reales que hay en mí. No sé como apareció pero un día ya estaba allí. Esa seguridad de que me observan desde el cielo.

Un hombre de ciencia, un hombre que se mueve entre números, física y lógica, alguien así... ¿Puede creer en los ángeles? Pues no lo sé, nunca me lo he planteado. Simplemente es real. Hay cosas que nunca te cuestionas porque son así, solamente te dejas llevar porque no puede ser de otra forma. Igual que andar es dar un paso detrás de otro, igual que inspirar y espirar es la forma de que el aire llegue a nuestros pulmones. Pues para mí esa sensación es así, no se cuestiona, se sabe.

Incluso han pasado pruebas, incluso hay momentos que te llevan al límite donde la realidad puede romperse para siempre... Y aquí sigo, y aquí sigue esa seguridad. Más fuerte que nunca. Confirmándome que pase lo que pase nunca estaré solo porque algo que ni entiendo ni quiero entender me rodea. Yo imagino que son las alas color nieve de mis ángeles de la guarda que me cubren. Que en mis momentos de soledad me dan calor y reconfortan, no con palabras, sino con el convencimiento de que todo volverá a estar bien. Tarde o temprano, todo volverá a estar bien.

Porque sé quienes son mis ángeles de la guarda. Siempre lo he sabido.



Tayne.

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