miércoles, 6 de agosto de 2014

Fantasmas en la noche.

Fantasmas en la noche, que te llevan, que te atrapan, que te sacan a rastras de las sábanas y te lanzan por la ventana. Espíritus que se ríen, que hacen muecas, que lloran mientras dan alaridos de dolor. Te dejan caer y una milésima antes de tocar el suelo te sostienen, dejándote contemplar como de cerca te has quedado del suelo. Te vuelven a llevar al cielo, te alejan, te sostienen en alto para que sientas la distancia del mundo que te rodea.

Fantasmas en la noche, que te desgarran, que te destrozan, que usan cada parte de ti para sus inmundos juegos demenciales. Que corren, saltan, golpean con trozos de ti todo lo que se pone por delante. Que te mantienen con vida solo para contemplar el fruto de tu derrota, que te privan del dolor para su uso y disfrute. Espectros encolerizados que clavan sus manos en el suelo, arrancan la tierra y la lanzan contra la pared. Que muerden árboles, que arañan piedras, que dan cabezazos a las estrellas. Seres que saborean el odio y el miedo que desprendes en la oscuridad.

Fantasmas en la noche, que clavan sus ojos en los tuyos, fríos, muertos, que te congelan por dentro mientras te queman con sus garras. Que disfrutan de la locura transitoria que las horas negras siembran en cualquier tierra fértil de oscuridad. Que se deleitan cubriéndote en ceniza, soplando espinas, llenándolo todo de negra desesperación.

Venid y contemplad, todos los conocéis. Saludadlos, están aquí, vinieron a por vosotros. Sólo esperaban, sólo aguardaban. Pero estaban aquí. Fantasmas en la noche, la noche del alma.




Tayne.

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